Pensar y  reflexionar sobre el vídeo que vimos de las siete alcantarillas es ver una Argentina marcada por la pobreza, el desempleo y la marginación . Aquí se muestra la villa en sus dos  facetas como dice Maca " éste es el lugar más buenazo del mundo", también  como un lugar donde las políticas públicas no llegan y las desigualdades, las faltas de oportunidades se hacen cada vez más notorias y en donde los niveles de violencia crecen a raíz del mismo ahogo y acorralamiento que las injusticias sociales provocan.

No se trata de desplegar estrategias de control sobre los pibes pobres o de judicializar la pobreza, sino de aplicar las políticas públicas necesarias para poder revertir los índices de pobreza, de trabajo infantil, de desempleo, de salud...

No se puede encontrar una salida a la delincuencia sin pensar en la educación y oportunidades laborales dignas.

No podemos pensar en aumentar la cantidad de centros carcelarios o de institutos de menores sino en poder prevenir y actuar en las condiciones que generan que un niño salga a buscar esa "guita" como sea.

Esto no se logrará si la sociedad sigue teniendo una mirada indiferente y de desconfianza hacia ese "otro", donde se encuentran íntimamente ligados los conceptos villa y delincuencia.

Donde el estado se encuentra ausente dentro de la misma sociedad,  no podemos pensar en una sociedad para unos con derechos y privilegios y para otros con controles y castigos.

Una sociedad con tan altos niveles de pobreza y marginación nunca podrá pensar en seguridad y calidad de vida.

 Esa realidad que marca esos niños, que van a limpiar vidrios, que acompañan a sus padres a cartonear. Pensemos en cómo se sentirá ese padre cartonero que trabaja muchas horas por unos pocos pesos, que ve que su hija desea aquella muñeca, que cualquier niña quiere tener y él no se la puede comprar. Que ahoga sus fracasos con el alcohol y esto genera uno de los problemas más graves que tiene la sociedad argentina como "la violencia" que en éste caso da como resultado una muerte injusta,   esa joven madre que parece resignada a la vida que le tocó, como si el destino estuviera marcado sin posibilidades de transformarlo.

Los derechos del niño y adolescente se afirma en la democracia, en el Estado de Derecho, procurando la libertad, la justicia y la realización de la vida plena del joven. Este derecho ésta en ese segmento de la existencia humana conocido como niñez  y adolescencia, reconocido jurídicamente como estado de minoridad al que le asiste derechos específicos  y que requiere de garantías apropiadas en un plazo normativo.

La legislación moderna sobre minoridad coloca al joven, expresa implícitamente, como sujeto prevalente de derechos para el que se contempla su protección integral, siempre teniendo como prioridad el interés superior del niño.

 LIZARRALDE MERCEDES